Jóvenes diseñadores

Son parte de una generación que lucha por abrirse hueco en el mundo de la moda. Pisan fuerte y tienen carácter. Se sienten un grupo y tienen una competencia sana entre ellos que les incentiva a mejorar. Marcela Manserga,  Rabaneda, Moises Nieto, Jorge Acuña, Pepa Salazar o Leyre Valiente son solo algunos de los nombres de una larga lista.

Juan Vidal acaba de ganar el premio al mejor diseñador, era la primera vez que desfilaba en MBFWM y ha salido por la puerta grande. Su delicadeza a la hora de confeccionar  y su forma de fantasear con musas poniéndoles nombre de mujer hacen de él un diseñador con mayúsculas

Otro de los prometedores nombres es Nacho Aguayo. Su esfuerzo es doble: por las mañanas trabaja para Pedro del Hierro, por las tardes en su propio taller y además es profesor de universidad. Como él dice es pluriempleado y apenas tiene tiempo para familia y amigos.

Desde el taller de Nacho se da forma a una mujer sin edad, sutil y elegante. Su inspiración son las mujeres que le rodean y lo que más placer le da es vestir a su madre y sus cuñadas. Reflexivo, sensible y meticuloso Nacho diseña desde el corazón.

Nacidos de la crisis han sabido tornar la desventura en oportunidad y distinción. Con una proyección imparable son una generación que está llamada a renovar el diseño español y conciliarlo con la parte comercial. 

Eterna Frida: Las apariencias engañan

Bajo condiciones de extrema precaución se halla uno de los tesoros más valiosos de la ciudad de Mexico DF: El vestuario de Frida Kahlo. Con una luz tenue para no deteriorar las prendas y bajo la premisa de no salir del país por exigencias del propio Diego Rivera se puede visitar el armario de la artista en la Casa Azul hasta el 31 de enero de 2014.

Su estilo y personalidad han servido como fuente de inspiración para grandes diseñadores como Jean Paul Gaultier o Ricardo Tisci que en varias ocasiones le han rendido homenaje y han sabido valorar su función como puente entre el pasado y el presente en la moda.

Es impresionante ver de cerca los corsés pintados a mano por Frida, sus aparatos ortopédicos y la indumentaria tradicional que usaba para disimular su discapacidad. Desde el dolor físico y a través de su vestuario creó una identidad que hace que su nombre aun resuene en la cultura, la política y la moda.